Ballenas y humanos conectados: herramientas del Paleolítico en el Golfo de Vizcaya

Investigadores del grupo EvoAdapta de la UC participan en el descubrimiento de los vínculos entre humanos y cetáceos en el Golfo de Vizcaya al final del Paleolítico.

Hace entre 20 000 y 14 000 años, los cazadores-recolectores que habitaban el entorno del Golfo de Vizcaya aprovecharon los cadáveres de, al menos cinco especies de ballenas, no solo para extraer grasa y sus barbas, sino también para confeccionar herramientas con sus huesos. Un equipo internacional de especialistas, que combinan arqueología, proteómica, análisis de isótopos estables y datación por radiocarbono, ofrecen una visión inédita de la interacción entre seres humanos y grandes cetáceos al final de la última glaciación que hasta el momento desconocíamos.

Alexandre Lefebvre, Ana B. Marín-Arroyo y Leire Torres-Iglesias, miembros del grupo de investigación EvoAdapta forman parte del equipo multidisciplinar e internacional que ha llevado a cabo esta investigación, publicada en Nature Communications.

A finales de la última glaciación, hace unos 20 000 años, el nivel del mar alcanzaron su mínimo histórico y, en el deshielo posterior, el mar ascendió más de 100 metros, sumergiendo las costas que hasta ese momento los grupos paleolíticos habían conocido. Esta enorme transformación geográfica ha limitado nuestro conocimiento sobre la ecología litoral y las prácticas marinas de aquellos primeros habitantes europeos.

Tradicionalmente, los grupos humanos del Magdaleniense del suroeste europeo han sido retratados como grandes cazadores de herbívoros terrestres. Sin embargo, desde hace dos décadas, hallazgos en el interior peninsular —incluidos restos de peces, aves marinas y moluscos— apuntan a una explotación regular de recursos marinos. El nuevo estudio, publicado en Nature Communications, amplía este panorama al descubrir 70 herramientas de hueso de ballena procedentes de yacimientos del suroeste de Francia y el norte de España, así como en 60 más hallados en una cueva del País Vasco.

Mediante identificación proteómica del colágeno, mediciones isotópicas y análisis radiocarbónicos, el equipo ha reconocido restos de ballena azul, ballena gris, rorcual común, cachalote y ballena franca o boreal. Estas especies, cuyas dietas eran similares a las observadas en la actualidad, sugieren una biodiversidad de cetáceos en el Golfo de Vizcaya comparable a los ecosistemas árticos actuales, lo que tambien infieren las temperaturas del mar en esos momentos.

Los resultados confirman que los ejemplares explotados correspondían a varamientos naturales en las playas, aprovechados entre hace 20 000 y 14 000 años. Además de recurrir a los huesos para fabricar herramientas —propias de las actividades de talla y grabado—, los grupos paleolíticos extrajeron grasa y barbas, integrando estos recursos en su economía material y alimentaria. Este proyecto, liderado por el CNRS y el Museo Nacional de Historia Natural de Francia, ha contado con la colaboración de las universidades de Cantabria, Barcelona, Columbia Británica, Montpellier, Toulouse y Viena. Ha contado además con el apoyo de la Agencia Nacional de la Investigación francesa (ANR-18-CE27-0018) y de programas de la Unión Europea (PCI2021-122053-2B; HORIZON-MSCA-2021-PF-01-101059605) basados en la Universidad de Cantabria bajo la dirección de Alexandre Lefebvre.

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